domingo, 19 de junio de 2016

La evolución del amor Capitulo 29








La recepción mantuvo a ambos tan ocupados que Min no tuvo tiempo de desear estar a solas con Jun.

Él estaba agradecido de eso. Platico con todo el mundo como se esperaba y claro él quería compartir su felicidad con su familia y amigos. La gran sonrisa nunca dejo su cara y Jun nunca dejo de estar a su lado. Ellos hicieron rondas sociales estrechando manos, mientras intercambiaban calientes miradas y furtivos toques.


A las dos y quince, Min estrecho la mano de Laurie y ella y su marido se fueron, ellos vieron alrededor sorprendidos al darse cuenta que ya no había nadie más esperando para despedirse.

― ¿Eso es todo? ―Jun le murmuro al oído.

―Eso parece. ―Solo los padres de Min, el hermano de Jun, Hyori y Hyun quedaban, los seis estaban hablando y comiendo lo que quedaba del buffet.

―Bueno. ―Jun tomó una profunda respiración y la dejo salir, sacudiendo sus hombros―. Eso fue genial, pero hombre, estoy totalmente listo para irme ahora.

―Yo también. ―Min jalo a Jun a sus brazos y lo beso―. Fue una ceremonia encantadora, ¿no es así? Y una maravillosa recepción.

―Sí. ―Jun acaricio con su nariz el cuello de Min―. Me encanto. Todo. Tienes razón, pero necesito estar a solas contigo.

El deseo recorrió el cuerpo de Min. Deslizo una mano por el cabello de Jun y lo beso de nuevo, duro esta vez. Jun suspiro y se abrió para él, sus palmas acariciaban la espalda de Min y apretaron su trasero. El beso se profundizo. Jun se movía hasta que logro montarse a horcajadas en el muslo de Min. Él se movía casi imperceptiblemente, frotando su rápidamente duro pene contra la pierna de Min y haciendo esos ruidos de necesidad que Min adoraba.

Min se sobresaltó cuando una mano se colocó en su hombro.

Jun grito y se apartó.

―Buen Dios, Hyun. ―Min le sonrió al hombre a su lado―. Me diste un susto de muerte.

Hyun se rio. ―Lo siento. Pero ustedes chicos estaban yendo demasiado lejos. Quizás sea mejor que suban a su habitación antes de que nos den a todo el mundo una vista completa.

―Solo quedan tú y Hyori. Kibum. Y los padres de Min. ―Jun vio al grupo que seguía sentado frente a la mesa. Kibum se reía. su suegro estaba de espaldas tomando cuadros de queso que habían quedado―. Está bien, entiendo tu punto.

Min tomo la mano de Jun y se dirigieron hacia la mesa del buffet. ―Hyun, creo hablar por Jun tanto como por mí mismo cuando te digo lo mucho que significa para nosotros que tú y Hyori hayan podido compartir este día con nosotros. Gracias.

―No podríamos perdernos esto. ―Hyun se detuvo y coloco uno de sus largos brazos en los hombros de Min y el otro en los de Jun, y los abrazo a ambos, duro―. Los amo chicos, ¿lo saben?

―Nosotros también te amamos. ―Jun giro la cabeza y mordió el hombro de Hyun. Hyun grito y Jun se rio―. Siempre haces eso cuando te muerdo.

Min vio alarmado a sus padres y a su cuñado. Hyori ya sabía que Hyun se había unido a Jun y Min en la cama más de una ocasión antes de que empezara a salir con ella, pero los otros no tenían ni idea. Min quería mantenerlo de esa manera.

―Min, ―Hyun murmuro mientras ellos se acercaban al grupo―, nalguéalo por mi después, ¿puedes?

―Absolutamente. ―Min soltó la mano de Jun y abraso a su madre―. Mamá, gracias por apoyarnos a Jun y a mí este día. Te amo.

―También te amo, cariño. ― palmeo la mejilla de Min―. Tu padre y yo siempre te apoyaremos, sabes eso.

―Si, lo sé. ―Liberando a su madre, para que ella pudiera abrasar a Jun, Min se giró y se dejó envolver por los brazos de su padre―. Gracias, Papá ―murmuro, su mejilla presionando el pecho de su padre, justo como cuando él era pequeño―. Sé que no siempre fue fácil para ti y mamá, tener un hijo gay. Tu amor y apoyo hizo toda la diferencia en mi vida. Solo quería que supieras eso.

Su padre tomo a Min de los hombros y lo aparto lo suficiente para verlo a los ojos. ―Infiernos, hijo. Eres mi niño. Tú siempre has hecho que tu madre y yo nos sientamos orgullosos, siempre.

Cualquier hombre que le dé la espalda a un hijo como tú solo porque es gay no es un hombre. ― palmeo la espalda de Min ―. Tu madre y yo tenemos que irnos, ustedes chicos tengan un viaje seguro mañana.

―Lo tendremos. ―Jun le ofreció la mano, quien la estrecho vigorosamente―. Gracias, son los
mejores.

Después de unos últimos abrazos y ‘te amo’ con Hyori y Kibum, Min y Jun se dirigieron por el camino del jardín del Inn tomados del brazo.

― ¿Sabes qué? ―dijo Jun cuando ellos pasaban por entre las rosas amarillas.

― ¿Qué?

―Nuestras familias son geniales.

―Si, lo son. Y nuestros amigos.

―Somos muy afortunados.

―Estoy de acuerdo. ―Min deslizó su mano por el trasero de Jun―. Realmente me siento muy afortunado ahora.

Jun dejo salir un gemido que parecía desproporcionado para lo que Min estaba haciendo, masajeando su trasero con sus dedos.

―Vamos a apurarnos. No sé cuánto más mis piernas van a sostenerme.

Min obedientemente aumento el ritmo. Parte de él estaba asombrado al darse cuenta de la tensa manera que caminaba Jun , y su mutuo estado de excitación debía de ser obvio para quien se molestara en ver. La otra parte de él estaba demasiado excitada para preocuparse de eso.

Les tomo más de tres intentos antes de que Min pudiera quitarle la llave a la puerta del cuarto, porque Jun estaba besándolo con una sola idea determinada en su mente. Finalmente, en el cuarto intento, le quito la llave. Jun abrió la puerta y ellos se tambalearon en el interior con sus bocas fusionadas juntas.

Jun maldijo entre dientes mientras trabajaba en los botones de la camisa de Min. ― ¿Maldición, porque jodidos no pueden hacer camisas de seda con Velcro?

Min se rio. ―Puedes comercializar la idea.

―Quizás después, cuando mi cerebro trabaje de nuevo. ―Jun logro desabrochar hasta el último botón y bajo la camisa de Min por sus hombros―. Te necesito urgentemente ahora.

Estando de acuerdo, Min dejo que su camisa se deslizara al suelo y rápidamente le quito la camisa a Jun . Sus bocas se encontraron en un feroz beso mientras Min trabajaba en los pantalones de Jun abriéndolos y bajándolos lo suficiente para liberar su erección. Min jalo el anillo de plata en la cabeza del pene de Jun.

Jun gimió, su cuerpo tembló en los brazos de Min. ―Min, por favor…

―Si, amor.

Min cayó de rodillas y tomo a Jun en su boca, se había estado muriendo desde que hicieron el pacto prematrimonial de celibato. Solo fue un día, Min se recordó mientras jalaba el piercing de Jun con su lengua. Nunca sobreviviríamos a un verdadero celibato.

―Ooooooh, oh Dios, ¡bebé, si! ―Los dedos de Jun se aferraron al cabello de Min―. Tan bueno.

Min gimió, haciendo que Jun se estremeciera y sollozara su nombre. Quería ahogarse en el sabor de la piel de Jun, en el olor de su necesidad. Jun obviamente no iba a durar mucho pero a Min lo tenía sin cuidado. Ellos tenían el suficiente tiempo para hacer el amor lento y ardientemente, que ambos querían para el día de su boda. Tomar un rapidín primero probablemente era una buena idea. Solo le tomo pocos minutos a Min llevar a Jun al borde.

Cuando sintió que Jun se tensaba ante el inminente orgasmo, Min  relajo su garganta y deslizó el pene de Jun todo el camino al interior, apretando sus músculos alrededor. Jun soltó un suave sonido y se corrió duro, estremeciéndose totalmente. Min trago el caliente semen como un néctar.

―Joder, necesitaba eso, ―Jun suspiro―, Bebé, te juro que puedes chupar una pelota de golf a través de una pajilla.

Riéndose, Min se puso de pie, una de sus manos aun acunando las bolas de Jun. ―Gracias. Creo.

―Sabes que eso es bueno, tonto. ―Jun se acercó―. Bésame.

Min feliz lo complació. Dejo que Jun se saboreara en la lengua de Min. Jun gimió. Se dirigieron a la cama sin quebrar el beso, desabrochando el botón de los pantalones de Min al mismo tiempo. Jun se sentó duro cuando la parte de atrás de sus rodillas se toparon con la cama. Gimió, sus ojos nublados.

Min frunció el ceño. ― ¿Estas bien? amor. ¿Es tu pierna?

Jun se lamio los labios. ―Uh. No. Mi pierna está bien.

― ¿Entonces qué es? ―Min toco la mejilla de Jun. La tentadora proximidad de la boca de Jun en su eje le hacía difícil pensar, pero él tenía que saber si Jun tenía dolor.

Jun mostro una traviesa sonrisa que tranquilizo la mente de Min. ―Lo veras en un minuto. Justo ahora, quiero chupar tu pene. Así que dámelo.

Min no perdió más tiempo hablando. Se desabrocho el cierre de sus pantalones y dejo que cayeran a sus tobillos. Jun bajo su ropa interior lo suficiente para quitarlos del camino y tomar el pene de Min como un hombre hambriento. Se sentía asombroso. Min se dejó hundir en la pura dicha de la húmeda y caliente boca de Jun que rodeaba su pene, esos talentosos dedos de artista acariciaban sus bolas y sus muslos.

El mundo se quedó en blanco y el silencio los rodeo cuando su orgasmo lo golpeo. Parecía que se correría por siempre, bombeando su interminable liberación dentro de la bien dispuesta garganta de
Jun. Cuando el intenso placer disminuyo, el empujo a Jun de espalda y colapso en la cama a lado de él. Jun entro en sus brazos, dándole un profundo y perezoso beso antes de acurrucarse en su pecho.

―Esa ―Min dijo cuándo pudo hablar de nuevo―, fue la absolutamente más increíble mamada de la historia del mundo.

Jun se rio. ―Eres fácil.

―Solo contigo, mi amor. ―Min apoyo su mejilla contra el cabello de Jun―. Se supone que deberíamos realmente terminar de desnudarnos en algún momento.

―Mm. ―Jun jalo el pezón de Min―. Es algo bueno que nuestra boda fuera al mediodía. Creo que tenemos el resto de la tarde y toda la gran noche antes de que terminemos.

―Quizás. Aunque creo que estas sobreestimando mi energía.

―Nuh-huh. Te he visto pasar toda la noche antes.

Min palmeo el trasero de Jun, se rio cuando su amante gimió y se empujó contra su mano. ―Hare mi mejor esfuerzo para complacerte, dulce corazón.

―Siempre me complaces, bebé. ―Jun levanto la cabeza y sonrió, sus ojos brillaban―. Oye, sabes que a estas horas de mañana, estaremos de viaje a Jamaica.

―Si, lo sé. ―Min pasó sus dedos arriba y abajo del brazo de Jun que tenía alrededor de su parte media―. Me parece que ese viaje fue una gran idea.

―A mí también. Dos semanas de nada más que joder, beber y acostarse bajo el sol. No hay nada mejor que eso.

Min se rio. ―Tengo que estar de acuerdo con eso.

Ellos se acostaron en un confortable silencio por un momento, escuchando el amortiguado sonido de las conversaciones en el jardín bajo su ventana. El trino de un pájaro cercano. Extendido  entre la cama de cuatro postes con sus pantalones alrededor de sus pies y Jun acurrucado contra su lado.

Min pensó que nunca se había sentido más contento.

Min no estaba seguro cuanto tiempo se quedaron dormitando en los brazos del otro. Para el momento en que la mano de Jun vagabundeaba entre las piernas de Min la luz del sol que iluminaba la pared del cuarto estaba subiendo. Min imagino que serían cerca de las tres. Entonces los dientes de Jun se cerraron alrededor de su pezón y saco de su mente todo pensamiento.

―Quieres joderme ahora bebé ―Jun murmuro contra el pecho de Min―. Lindo y lento.

―Hmmm, sí. ―Min abrió los muslos para que Jun pudiera acariciar el sensible lugar detrás de sus bolas. Su pene comenzó a llenarse―. Quiero eso. Quiero pasar horas en tu interior.

Las mejillas de Jun se ruborizaron, sus hinchados labios abiertos. ―Dios, Min. Logras encenderme cuando dices esas cosas.

―Yo me enciendo solo con verte así. ―Min logro quitarse los zapatos con las puntas de sus pies, entonces pateo sus pantalones hasta que finalmente cayeron al suelo―. Quítate los pantalones, amor e inclínate sobre mí.

Los ojos de Jun estaban oscuros de lujuria. El obedeció, levanto sus piernas y se quitó los pantalones, zapatos y calcetines. Con la tarea realizada, se colocó sobre sus manos y rodillas y le quito los calcetines a Min.

― ¿Porque te molestas con eso? ―Min preguntó, divertido.

―Sabes no puedes joderme con calcetines ―Jun contesto y mordió el dedo del pie de Min―. Demasiado porno.

―Cierto. ―Min alejo su pie de la determinada lengua de Jun y se puso de rodillas, riéndose―. Realmente espero que el lubricante este cerca, porque…

Min se interrumpió, al ver incrédulo un claro cristal ajustado entre las nalgas de Jun, brillando con la luz del sol. Jun se giró y le sonrió sobre su hombro. ―Sorpresa.

Min trago saliva. ― ¿Que…donde…? Buen Dios, Jun.

Jun se rio. ―Lo compre en Sensual Desiré. Tapón para el culo de joyería. Es un falso diamante porque el diamante es tu piedra de nacimiento y mi culo te pertenece.

Min pasó sus dedos sobre el redondo cristal. ― ¿Y tú…tú lo has usado todo el día?

―No, me lo puse cuando nos cambiamos de ropa antes de la ceremonia. ―Jun dejo salir un gemido cuando Min giro ligeramente el tapón―. Oh, wow. Hazlo de nuevo.

Min lo giro de nuevo, ferozmente excitado por la manera que Jun arqueo su culo levantándolo y abriendo sus muslos. ―Dime que se siente.

―Se siente…oh joder… ―Jun apoyo su pecho en el colchón, sus dedos se aferraban a las sabanas como gato mientras Min manipulaba el tapón en su interior―. Se siente pesado. Y caliente. Puedo sentirlo en mí todo el tiempo moviéndose.

Min saco el tapón del culo de Jun. Se inclinó y lamio el estirado agujero de Jun, sonriendo cuando se dio cuenta que Jun había usado el lubricante de sabor menta cuando se insertó el juguete. ―Me gusta esto Jun. Es como si te lubricaras y estiraras para estar listo para mí.

Jun gimió y se movió contra la cara de Min. ―Si, bebé. Mete tu pene ahora.

Enderezándose de nuevo, Min separo las nalgas de Jun y vio el pulsante agujero. ―Te ves tan decadente de esta forma.

Jun dejo salir un gemido de frustración. ―Minnie, vamos, ¡por favor!

Como de costumbre, el ruego lo logro. Min guio su pene por la entrada de Jun entrando tan duro como pudo. Jun tomo una respiración, los músculos de su espalda se tensaron. Sosteniéndose con gran esfuerzo, Min paso ambas palmas por la columna de Jun.

Jun tembló bajo las caricias de Min.

Jung Min se inclinó y lamio el cuello de Jun. ―Amo estar dentro de ti ―le murmuro―. Amo verte inclinado y abierto de esta forma. ―El dio un fuerte empujón y fue recompensado por los fuertes
músculos cerrándose alrededor de su pene como un tornillo. ―Amo lo caliente y apretado que te sientes alrededor de mí pene. ―Él se salió y entro de nuevo, cambiando el ángulo golpeo la glándula de Jun―. Amo el pensar que estuviste caminando con el tapón en tu interior, estirándote para mí.

Las caderas de Jun se movían buscando la fricción. Jadeos y ruidos de necesidad salían de sus labios en un constante flujo. Min sonrió. Él amaba eso después de tres años, el aun podía reducir a Jun a un tembloroso manojo de sensaciones, sin vergüenza y entregado a su lujuria.

Min aumento lentamente el ritmo, asegurándose de que Jun  pudiera sentir cada centímetro de su pene en cada estocada. El veía su eje como entraba y salía del cuerpo de Jun, viendo como el dulce agujero se estiraba y acomodaba a la circunferencia su eje, y pensó que eso era la cosa más caliente que hubiera visto.

Min siguió hasta que su cuerpo estaba húmedo de sudor y Jun gemía y se estremecía todo. Cuando sintió que Jun estaba cerca, él se salió y rodo a Jun sobre su espalda. Esos ojos  lo vieron fijamente. Muy abiertos y brillantes por la necesidad. Jun colgó sus piernas sobre los hombros de Min, juntando sus tobillos detrás del cuello de Min.

―Tan cerca, bebé ―Jun murmuro―. Jodeme, has que me corra.

El pene de Min encontró el agujero de Jun y se deslizó de nuevo adentro, el sedoso calor hizo que jadeara. ―Jun… Oh, Dios, estoy casi…

Jun se arqueo y grito cuando Min golpeo su próstata.

Mientras su orgasmo se construía en su interior, Min sostuvo la erección de Jun y bombeo duro. Unos cuantos empujes después, la visión de Min se volvió roja y forzó su liberación. Jun se corrió segundos después de Min, su pene pulsaba en la mano de Min.

―Oh sí. ―Jun dejo caer sus piernas en el colchón―. Eso es de lo que estaba hablando.

Min se rio, jadeando mientras se salía y se acostaba a lado de Jun. ―Mi amor, el sexo entre nosotros siempre es increíble.

―Seguro que lo es, bebé. ―Jun se giró a un lado y se acomodó alrededor de Min―. Te amo.

―También te amo, dulce corazón.

Sus bocas se unieron en un beso sin prisa. Min acaricio la espalda de Jun sus dedos recorrían arriba y abajo la sudada piel. Él se sentía tan perezoso y feliz como un gato bajo el sol. Su cuerpo saciado 'aunque temporalmente' y su amor en sus brazos, Min no podía pensar ni en una sola cosa que le faltara a su vida.

Inicialmente sus besos eran suaves y comenzaron a profundizarse, sus caricias más urgentes. Min sintió la necesidad formarse de nuevo, cuando Jun abruptamente se alejó.

Min lo vio sorprendido mientras se movía a lado de la cama y comenzaba a buscar en su bolsa que había dejado abierta en el suelo. ― ¿Jun? ¿Qué haces?

―Es tiempo para tu otra sorpresa. ―Jun se enderezó y se acomodó de nuevo a lado de Min, sosteniendo lo que parecía la caja de un gran anillo―. Tengo que hacer esto antes de que estemos
demasiado excitados.

Min se enderezo, su curiosidad y excitación eran mayor ante el brillo de anticipación en los ojos de Jun por la intrigante caja. ― ¿Qué es eso?

Jun sonrió. ―Anillos.

―Pero nosotros ya intercambiamos anillos. Que en la tierra… ― Min se detuvo, sus ojos se abrieron más cuando repentinamente lo entendió. ―Oh querido señor, tú no lo hiciste.

―Lo hice.

Jun abrió la caja. Dos gruesos anillos de metal descansaban contra el terciopelo negro, sus suaves curvas plateadas brillaban con la luz del sol de la tarde. Chris tomo uno. Se sentía sólido y pesado
contra su palma.

― ¿Que te poseyó para comprar estos? ―Min preguntó.

―No sé. Los vi en el catálogo, sabes. Y solo pensé que era lo correcto. ―Jun se mordió el labio―. Probablemente pueda regresarlos si no te gustan.

Jun se veía más inseguro de lo que Min lo hubiera visto antes. Dejando el anillo en la caja Min jalo a Jun cerca y lo beso. Él no lo dejo hasta que la molesta tensión dejara el cuerpo de Jun.

―No los regreses ―Min murmuro, acariciando el cabello de Jun―. Los amo.

Jun se apartó y vio fijamente a Min . ― ¿Lo dices en serio?

―Sí. ―Min acuno las bolas de Jun en su mano―. Entonces se lo ponemos al otro.

Jun le dio la deslumbrante sonrisa a Min por la que haría cualquier cosa. ―Quiero ser el primero, ¿está bien?

―Absolutamente.

Min abrió sus muslos, cuando Jun se acomodó entre ellos.

Con infinito cuidado, Jun deslizó uno de los anillos por el medio del erecto pene de Min y jalo las bolas a través de él. El metal se calentó rápidamente con el calor de la piel de Min. Le sorprendió lo bien que se sentía tener la presión contra la base de su pene y sus bolas.

―Entonces, ¿qué piensas? ―Jun preguntó, jalando el tenso pene de Min.

―Se siente maravilloso. ―Min pasó sus dedos a través del anillo de plata, fascinado por su suave textura―. Déjame ponerte el tuyo ahora.

―Infiernos, sí. ―Jun se acostó de espaldas y se apoyó en sus codos, abriendo mucho las piernas―. Dame mi anillo, bebé.

Min levanto el segundo anillo de la caja y se acomodó entre las piernas de Jun. Se arrodillo. Incluso cada movimiento parecía magnificado por el fuerte metal que comprimía sus genitales. Él ya estaba más duro que el acero, su pene se movía con la fuerza de su pulso.

Tomando el pene de Jun en una mano, Min deslizo el anillo por el hinchado eje de Jun. ―Con este anillo ―dijo mientras pasaba las bolas de Jun a través de él―, te tomo como marido.

La risa de Jun fue fuerte por el deseo. Tomo el cabello de Min entre sus manos, y lo jalo para un rudo y lujurioso beso. Min se acostó entre las piernas de Jun y presiono el metal que contenía sus erecciones juntas.

―No esperaba esto ―dijo Min cuando se apartaron―. Pero me gusta.

Jun sonrió, una mano acariciando la mejilla de Min.

―Prometí sorprenderte siempre.
.
Min se rio. ―Eso es cierto, lo hiciste, dulce corazón.

Los ojos de Jun brillaban con una tierna luz cuando Min se inclinó y lo beso. Min acaricio con su mano izquierda la firme erección de Jun. El anillo en su dedo chocaba contra el anillo alrededor del pene de Jun. El sonido hizo sonreír a Min.

Ambos sabían que usaban verdaderos anillos de bodas.




Continuara........................


PD: arriba a la derecha esta una encuesta, como fue el cumpleaños de Hyun subiré una nueva historia con el :3 voten si tienen alguna pareja favorita :3

No hay comentarios.:

Publicar un comentario